De camino a la boda de su prima, una mujer embarazada, su marido y su hijo de siete años se encuentran atrapados en su coche, rodeados por una multitud de alborotadores enojados y hostiles.
La turba agitó su vehículo mientras gritaba «genocidio asesino» al niño. Su agresión se intensificó cuando notaron el vientre de la embarazada. ¡Llevas dentro a un asesino genocida!
El 28 de marzo de 2024 se produjo un ataque antisemita en el Estadio Israelia, un centro comunitario judío local en Santiago, Chile. El ondear de banderas palestinas y pancartas con insultos y consignas de odio es uno de los muchos incidentes que ha enfrentado la comunidad judía de Chile, especialmente desde el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre.
La conmovedora respuesta de la madre a la experiencia resalta el profundo impacto emocional del antisemitismo y la imperiosa necesidad de abordarlo. Ella reveló: «Es un sentimiento primitivo que está profundamente arraigado y transmitido. No permite ningún tipo de introspección o diálogo. No es política, religión o defensa de los derechos humanos. Es odio, punto».
Como vicepresidente senior de Asuntos Internacionales de la Liga Antidifamación y ex embajador de Israel en Chile, estoy profundamente preocupado por el alarmante aumento de los sentimientos antisemitas en Chile.
Tú también deberías estarlo.
Estos actos reprobables no son incidentes aislados, sino parte de una tendencia inquietante que amenaza los valores fundamentales de tolerancia, diversidad y respeto mutuo sobre los que se construye nuestra sociedad. Los relatos de primera mano compartidos por miembros de la comunidad judía pintan un cuadro angustioso de intimidación, miedo y odio dirigido a ellos simplemente por su identidad.
La narrativa sirve como un crudo recordatorio de la naturaleza insidiosa del antisemitismo y su capacidad para infiltrarse incluso en los entornos más benignos.
Los testimonios de quienes han experimentado el antisemitismo de primera mano subrayan la necesidad urgente de realizar esfuerzos colectivos para abordar esta creciente ola de odio. Es imperativo que nosotros, como comunidad, nos solidaricemos con la comunidad judía y condenemos inequívocamente el antisemitismo en todas sus formas.
Es hora de que demos un paso al frente por la comunidad judía, como lo hacemos por cualquier otra comunidad marginada. Al enfrentar el antisemitismo en Chile, es importante reconocer el papel que desempeña el liderazgo en la configuración del diálogo y las actitudes públicas. Desafortunadamente, las recientes acciones antiisraelíes por parte de líderes políticos han generado preocupación de que estén contribuyendo a una atmósfera de hostilidad hacia su propia comunidad judía. Algunas de las preocupaciones incluyen la tardía condena del presidente Gabriel Borik al reprensible ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, su presentación de un caso contra Israel ante la Corte Penal Internacional y su falta de contacto directo con la comunidad judía desde que asumió el cargo. eventos.
Tales acciones no sólo socavan las relaciones diplomáticas con Israel, sino que también corren el riesgo de aumentar las tensiones y alimentar los sentimientos antisemitas dentro del país. Si bien las críticas a las políticas israelíes están ciertamente justificadas, la postura de Boric y del gobierno chileno contra la ocupación israelí se considera hostil a la comunidad judía chilena.
Los líderes, ya sea en Chile o Estados Unidos, deben reconocer la responsabilidad que tienen en el fomento de una sociedad inclusiva y respetuosa que rechace el odio y la discriminación en todas sus formas.
Así como los líderes tienen sus deberes, nosotros también
En medio de la adversidad, inspirémonos en los actos diarios de resiliencia de la comunidad judía. Observe a la madre, su esposo y su hijo pequeño, rodeados de hostilidad, inquebrantables en su dignidad y compasión. A pesar del miedo y la incertidumbre, la madre se tomó un momento para enseñarle a su hijo una valiosa lección.
Ella respondió a la angustiosa situación: «¿Ves a esta gente?» —le preguntó a su hijo, señalando los rostros enojados de la multitud. «Están consumidos por la ira, pero observen cuántos esconden sus rostros. En el fondo, saben que sus acciones están mal.
En ese momento crucial, transmitió un mensaje directo pero poderoso: “A diferencia de ellos, no albergamos odio en nuestros corazones. A pesar de los obstáculos que enfrentamos, defendemos la luz, no la oscuridad.
A través de sus acciones y palabras, se nos recuerda la resiliencia inherente a la comunidad judía y la resiliencia arraigada en la humanidad: dignidad, compasión y determinación firme.
Saquemos fuerzas de ejemplos como el de enfrentar el antisemitismo.
Sólo mediante la acción colectiva y un compromiso inquebrantable con la justicia y la igualdad podremos erradicar el antisemitismo y construir una sociedad donde todas las personas sean tratadas con dignidad, respeto y compasión.
El escritor es vicepresidente senior de asuntos internacionales de la Liga Antidifamación (ADL).
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