El incendio fue el más mortífero en la zona de Valparaíso, donde las autoridades instaron a miles de personas a evacuar sus hogares.
En áreas alejadas del incendio, se pidió a los residentes que se quedaran en casa para que los camiones de bomberos, ambulancias y otros vehículos de emergencia pudieran circular más fácilmente por las carreteras.
Doha dijo que al menos 8.000 hectáreas del incendio habían ardido desde el viernes cerca de las ciudades de Quilpue y Villa Alemana. Uno de los incendios amenazó la ciudad turística costera de Viña del Mar, donde algunos barrios ya se han visto gravemente afectados.
En Villa Independencia, una ladera en el extremo oriental de la ciudad, muchas viviendas y negocios quedaron destruidos. Coches quemados con ventanas rotas se alineaban en las calles, cubiertos de ceniza.
«He estado aquí 32 años y nunca pensé que esto sucedería», dijo Rolando Fernández, uno de los residentes que perdió su casa.
Dijo que vio por primera vez el fuego ardiendo en una colina cercana el viernes por la tarde y en 15 minutos el área quedó envuelta en llamas y humo, lo que obligó a todos a correr para salvar sus vidas.
«He trabajado toda mi vida y ahora me quedo sin nada», dijo Fernández.
Se instalaron tres refugios en el área de Valparaíso y 19 helicópteros y más de 450 bomberos fueron llevados al área para ayudar a combatir el incendio, dijo Doha.
Los incendios ardían en montañas de difícil acceso, como en los barrios precariamente construidos en las afueras de Viña del Mar.
Las autoridades dijeron que el incendio provocó un corte de energía y que en la región de Valparaíso, cuatro hospitales y tres hogares de ancianos para ancianos tuvieron que ser evacuados, dijo Doha. El ministro del Interior dijo que el incendio también destruyó dos terminales de autobuses.
El patrón climático de El Niño, que aumenta las temperaturas del océano cerca de América del Sur, ha causado sequía y temperaturas más cálidas de lo normal en el oeste de América del Sur este año, aumentando el riesgo de incendios forestales. En enero, los incendios destruyeron más de 17.000 hectáreas de bosque en Colombia tras semanas de clima seco.
AP