El enigma del apoyo resiliente de Chile a la igualdad de género
Por Catherine Reiss-Amo de casa, Instituto de Ciencias Políticas, Pontificia Universidad Católica, Julieta Suárez Gao, Instituto de Ciencias Políticas, Pontificia Universidad Católica Y Javeera Ars-Refo, University College de Londres, Reino Unido; Instituto de Economía Aplicada Regional (IDEAR), Universidad Católica del Norte
La Convención Constitucional de Chile 2021-22 es la primera en el mundo que cuenta con mecanismos para garantizar la igualdad de género entre sus electores (Arce y Suárez-Cao 2021). No fue una victoria fácil. Activistas feministas y mujeres políticas presionaron por la igualdad de género en 2020-21 en un país que adoptó cuotas de género relativamente tarde (Figureroa 2021; Reyes-Housholder, Suárez-Cao y Le Foulon 2023; Suárez-Cao 2023; entrevista personal n.° 1, 2023 ; 21 de abril de 2023). Asignar escaños a grupos tribales y permitir espacio para miembros independientes a través de otros mecanismos amplió aún más el contenido expreso de la convención. Después de que el borrador de la Convención Constitucional 2021-22 fuera rechazado en septiembre de 2022, los partidos políticos inmediatamente comenzaron a desarrollar un proceso controlado por las élites. Los legisladores, esta vez con una velocidad sorprendente, se reagruparon en torno a la idea de que un número igual de hombres y mujeres escribieran el nuevo borrador.