El proyecto hidroeléctrico Los Lagos, desarrollado por Statkraft, es un componente clave de la estrategia energética de Chile.
Ubicado en la zona del mismo nombre, el proyecto de 52 MW utiliza tecnología de pasada, que utiliza el flujo natural del río para generar energía sin necesidad de embalses.
Este enfoque debería minimizar los principales impactos ambientales asociados con la construcción de presas.
Sin embargo, desde 2019, el proyecto ha enfrentado objeciones de las comunidades indígenas mapuche, preocupadas por los efectos del desarrollo hidroeléctrico en su territorio ancestral. En 2023 se presentó una queja ante el Punto de Contacto Nacional de Noruega para la Conducta Empresarial Responsable debido a acusaciones de que estas preocupaciones no cumplían con las directrices de la OCDE.
Un proceso de mediación continuo tiene como objetivo encontrar una solución que sea aceptable para todas las partes.
Diálogo con las comunidades locales
A pesar de estas objeciones, Statkraft dice que ha estado en constante diálogo con las comunidades locales desde que asumió el proyecto.
Se han mantenido más de 500 reuniones con diversos agentes locales con el objetivo de adaptar el programa a las necesidades específicas de la región.
Este enfoque ha ayudado a lograr algunos avances, pero las discusiones con algunos grupos, particularmente los mapuchi, siguen siendo tensas.
El Punto Nacional de Contacto para Empresas Responsables de Noruega consideró necesario intervenir para facilitar la mediación entre Stadtkraft y las comunidades indígenas afectadas.
Esta mediación es importante no sólo para calmar las tensiones sociales, sino también para garantizar que se respeten las normas internacionales de derechos humanos y el respeto a las comunidades locales.
Energía e impacto social
El proyecto Los Lagos juega un papel estratégico en la transición energética de Chile mientras el país se esfuerza por diversificar sus fuentes de energía y reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
La generación hidroeléctrica, especialmente las centrales fluviales, se considera una solución para garantizar un suministro eléctrico estable y renovable.
Sin embargo, este tipo de proyectos presenta grandes desafíos en términos de aceptación social, como lo demuestra la resistencia del pueblo mapuche.
Un tema central en la implementación del proyecto es la necesidad de conciliar la producción de energía renovable con los derechos territoriales de las comunidades indígenas.
El arte de gobernar mostró cierta flexibilidad en su enfoque y abandonó un proyecto hidroeléctrico en el vecino Osorno después de consultar a los residentes locales.
La decisión liberó la concesión originalmente planeada y la devolvió a las autoridades chilenas, reforzando la imagen de respeto de la empresa por los derechos indígenas.
Cuestiones económicas y políticas.
El sector energético de Chile está atravesando una importante transformación, con un fuerte impulso hacia las energías renovables.
El cambio se produce en medio de la necesidad del país de reducir su huella de carbono y al mismo tiempo satisfacer sus crecientes necesidades energéticas.
El proyecto de Los Lagos es parte de este movimiento, pero su implementación plantea interrogantes sobre cómo conciliar el desarrollo económico y las cuestiones territoriales.
Por su parte, el gobierno de Chile ha otorgado las autorizaciones necesarias para la construcción de la planta.
La decisión muestra que los funcionarios creen que los beneficios de la generación hidroeléctrica para la estabilidad de la red eléctrica nacional superan las preocupaciones sociales y ambientales planteadas por las comunidades locales.
Sin embargo, Chile debe responder a las crecientes expectativas públicas en términos de respeto a los derechos de las comunidades indígenas, convirtiendo este tipo de proyecto en un campo de batalla entre objetivos económicos y sociales.
Perspectivas del Proyecto Los Lagos
A medida que el proyecto de Los Lagos se acerca a su finalización, Statkraft debe garantizar que se respeten sus compromisos con los derechos humanos y el diálogo social.
El proceso de mediación en curso con los grupos tribales será decisivo para el futuro del proyecto y su aceptación local.
Además, la capacidad de Statkraft para mantener buenas relaciones con las comunidades determinará su capacidad para implementar otros proyectos en la región e incluso más allá.
La experiencia del proyecto Osorno ha demostrado que la empresa es capaz de adaptar los proyectos mencionados a las necesidades locales cuando los impactos sociales o ambientales se consideran demasiado altos.
Sin embargo, cada proyecto presenta sus propios desafíos únicos y, para Los Lagos, se trata de encontrar un compromiso entre la producción de energía renovable, la protección de los derechos indígenas y las demandas del desarrollo económico de Chile.